En esta ocasión nos trasladamos a la vecina localidad de Miguelturra, lugar donde los novios tenían su domicilio. Allí Aday se preparó y vistió junto a toda su familia, llegada unos días atrás desde la afortunada isla de Gran Canaria. Y es que las Islas Canarias estuvieron muy presentes
en esta boda.
Una vez listo el novio volvimos a Ciudad Real donde Cristina nos esperaba impaciente para ponerse su precioso vestido. Fueron su madre y sus hermanas las encargadas de ayudarla en todos sus preparativos, mientras se sucedían pequeñas situaciones que hicieron que su sonrisa no se borrase en ningún momento.
Posteriormente, el Centro Cultural Antiguo Casino de Ciudad Real fue el testigo de la boda civil. Una boda preciosa, muy familiar y emotiva, que sacó algunas lagrimillas a todos los allí presentes… y que finalizó con una «lluvia de color fucsia» que la novia había preparado personalmente con muchísima ilusión.
El lugar elegido para algunos de sus retratos y la posterior celebración fue el impresionante Complejo Turístico Rural Fuente Taray, en la cercana localidad de Malagón, donde la naturaleza es protagonista en todos sus rincones así como su excelente servicio de restauración.
Su hermoso lago y las construcciones que lo acompañan hacen que sea un lugar idílico para la celebración de bodas y eventos. Si lo acompañamos de una puesta de sol parece el escenario de un bonito cuento de hadas.
Una vez terminados los retratos de pareja nos reunimos de nuevo con el resto de la familia y amigos que acababan de llegar y estaban disfrutando del cóctel de bienvenida.
Por supuesto, no nos queremos olvidar de la bonita decoración y sonorización del banquete realizada por la empresa Cáscara de Limón.
Todos los presentes disfrutamos de una maravillosa velada, salpicada con muchas y divertidas sorpresas, coreografías, regalos… ¡y mucha fiestaaaa!